Durante una clase de yoga se realizan prácticas para vivir en el aquí y ahora, principalmente asanas o posturas que son armonizadas con la respiración y benefician tanto al cuerpo como a la mente. Las asanas se facilitan en tres niveles distintos, desde el más sencillo hasta el más exigente para que cada participante las ejecute a su nivel, siendo de esta manera las prácticas totalmente personalizadas y resultando irrelevante de ésta manera la experiencia de cada participante.
CÓMO SE DESARROLLA UNA CLASE DE YOGA
La clase de yoga tiene una duración aproximada de una hora y media y se dedica principalmente a la práctica de asanas. Las asanas o posturas son armonizadas con la respiración, beneficiando tanto al cuerpo como a la mente. Se explican distintos grados de dificultad, desde las más sencillas para principiantes, hasta las más exigentes que practican los alumnos avanzados.
Las clases suele comenzar con un calentamiento llamado “Saludo al Sol”, que comprende una sucesión dinámica de posiciones que centran la mente, calientan músculos y lubrifican articulaciones. Todo ello combinado con la respiración (pranayama), que nos ayuda a generar calor y energía.
Después del calentamiento se comienza con las asanas o posiciones estáticas, siempre realizando una postura y su contra-postura para trabajar el cuerpo y la musculatura de forma equilibrada. Si la clase es dinámica, como en el caso del Yoga Flow, Power, Dinámico o Asthanga, las asanas se harán en movimiento, de forma fluida.
Todas las clases de yoga terminan con una relajación de unos 10 o 15 minutos en la que se devuelve cuerpo y mente a la calma. Según el estilo de yoga o el profesor, también puede hacerse una meditación final.