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¿Qué comemos en un retiro de Yoga y Meditación y por qué importa?

a table topped with plates of food on a plateLa forma en que comes también transforma.
En un retiro de Yoga y Meditación, no solo respiras distinto, te mueves distinto y piensas distinto. También comes distinto. Porque la alimentación no es un simple complemento: es una parte esencial del viaje.

Durante los días que compartimos en el retiro, la comida deja de ser algo que haces “por rutina” o “porque toca”, y se convierte en una herramienta poderosa de conciencia, energía y sanación. Y eso marca una diferencia profunda.

Comer como acto de presencia

En la vida cotidiana, comemos rápido. Mientras respondemos mensajes, vemos una pantalla o resolvemos pendientes. Muchas veces ni siquiera recordamos el sabor de lo que acabamos de tragar.
En el retiro, todo cambia.

Comer se convierte en una práctica. Una meditación activa. Un momento de conexión.
El simple hecho de sentarte en silencio, observar tu plato, agradecer y saborear cada bocado despierta algo dentro de ti. No se trata de ninguna regla estricta, sino de algo más sutil: volver al presente a través de lo que nutre tu cuerpo.

Eso es alimentación consciente.

¿Qué tipo de comida se ofrece?

En nuestros retiros de Yoga y Meditación, ofrecemos una alimentación vegetariana, equilibrada, sabrosa y basada en productos locales y de temporada.
Cada plato está pensado para:

  • Nutrir tu cuerpo sin pesadez.

  • Favorecer la práctica del yoga y la meditación.

  • Apoyar tus procesos de limpieza física y mental.

  • Y, sobre todo, hacerte sentir bien.

Incluimos cereales integrales, legumbres, verduras frescas, frutas, semillas, infusiones y grasas saludables. Los platos son creativos, coloridos y llenos de sabor, pero sin excesos ni alimentos procesados.

No usamos azúcar refinado ni estimulantes artificiales. Preferimos lo simple, lo natural, lo que nace de la tierra y te conecta con ella.

Más que comida: nutrición espiritual

En el yoga, lo que comes también tiene una vibración.
La filosofía del yoga reconoce que ciertos alimentos elevan tu energía, otros la dispersan, y algunos la apagan. Comer en sintonía con tu práctica no solo te hace sentir más ligero o más fuerte… te hace más consciente.

Eso es nutrición espiritual: alimentar no solo al cuerpo, sino también a la mente y al alma.

Cuando comes en paz, sin prisa, sin juicio, sin culpa, empiezas a recordar lo sagrado que hay en lo simple.
Y cuando eliges lo que entra en tu cuerpo con amor y respeto, también te tratas a ti misma con amor y respeto.

El poder de compartir la mesa

Uno de los momentos más bonitos de cada retiro es la comida compartida.
El silencio que a veces acompaña los primeros bocados. Las risas espontáneas. Las conversaciones suaves. La alegría de probar algo nuevo. El agradecimiento sincero.

La mesa se convierte en un espacio de encuentro.
Comer juntas no solo nutre el cuerpo, también alimenta los vínculos humanos, la confianza, la sensación de pertenencia.

No es un restaurante. No es una dieta. Es una experiencia. Y muchas personas se sorprenden de lo bien que se sienten comiendo así, incluso sin haberlo hecho nunca antes.

¿Y si tengo intolerancias o necesidades especiales?

Lo entendemos perfectamente. Nuestro equipo de cocina cuida con detalle cada menú y adapta lo necesario en caso de alergias, intolerancias o preferencias alimentarias.
Queremos que todas las personas se sientan seguras, respetadas y bienvenidas. Y eso empieza también por el plato.

Una nueva relación con la comida

Muchas personas nos cuentan, al terminar el retiro, que lo que más les impactó fue cómo cambió su forma de comer.
No solo lo que comen, sino desde dónde lo hacen.
Y es que, cuando tu cuerpo se siente liviano y fuerte, cuando tu mente está en calma, cuando tu digestión fluye sin esfuerzo… algo se acomoda también por dentro.

Comer con conciencia es una forma de sanar. De volver a casa. De escucharte.

En el retiro, te invitamos a descubrirlo por ti misma.
Cada plato es una oportunidad de cuidarte.
Cada comida, un momento sagrado.
Porque lo que comes importa.
Y cómo lo comes… transforma.