Comienza a meditar y usa la herramienta de la Meditación en tu día a día
Una de las herramientas que más aprecio en mi camino personal y en mis retiros de meditación y yoga, es la meditación. La meditación me ha ayudado a formar todos mis otros hábitos, me ha ayudado a ser más pacífico, más centrado, menos preocupado por el malestar, más apreciativo y atento a todo en mi vida. Estoy lejos de ser perfecto, pero me ha ayudado a recorrer un largo camino.
Probablemente lo más importante, me ha ayudado a entender mi propia mente y saber que no soy mi mente. Hoy en día sigo aprendiendo y comprendiendo, pero cada vez más, soy consciente de lo que está pasando. Puedo decidir o no sobre si seguir o no las directrices de mi mente. Me entiendo mejor (no completamente, pero mejor), y eso me ha dado una mayor flexibilidad y libertad.
Por ello recomiendo esta herramienta. Y aunque no estoy diciendo que es fácil, se puede empezar dando pequeños pasos y mejorar continuamente a medida que se práctica. No esperes ser bueno al principio – ¡Por eso se llama “práctica”!
Simplemente observa tu mente durante dos minutos, parece demasiado fácil y eso esta genial. Si lo consigues hacer durante una semana y a la siguiente semana añades 2 minutos; en poco más de 2 meses meditarás 10 minutos y eso esta muy bien poco a poco podrás llegar a prácticas mas largas.
A continuación os doy una serie de ayudas para poder meditar tanto en los retiros de meditación como en tu casa, no pretende ser un exhaustivo tratado para convertirte en un experto… si no en una ayuda para comenzar a meditar y ser constante. No tienes que implementarlos todos a la vez – prueba unos pocos, vuelve a este artículo y prueba uno o dos más.
- Medita nada más levantarte, lo primero cada mañana. Es fácil decir, “voy a meditar todos los días”, pero luego se olvida. En su lugar, establece un recordatorio para cada mañana cuando te levantes, y pon una nota que diga “meditar” en algún lugar visible.
- No te dejes atrapar en el cómo – simplemente haz. La mayoría de las personas se preocupan por dónde sentarse, cómo sentarse, qué cojín utilizar… todo esto es bueno, pero no es tan importante para empezar. Comienza tan sólo sentandote en una silla, o en un sofá, o en tu cama. Si te sientes cómodo en el suelo, siéntate con las piernas cruzadas. Es sólo por dos minutos al principio de todos modos, así que simplemente siéntate. Más tarde puedes preocuparte por optimizarlo para que te sientas cómodo durante más tiempo, pero al principio no importa mucho, simplemente siéntate en un lugar tranquilo y cómodo.
- Comprueba cómo te sientas. Cuando te instalas en tu sesión de meditación, simplemente observa cómo te sientes. ¿Cómo se siente tu cuerpo? ¿Cuál es tu estado mental? ¿Ocupado? ¿Cansado? ¿Ansioso? Observa lo que estas trayendo a esta sesión de meditación aceptandolo: esta bien, sin juicio.
- Cuenta las respiraciones. Ahora que estás atento, vuelve tu atención a tu aliento. Simplemente coloca la atención en su respiración a medida que inhalas, sigue a través de su nariz todo el camino hasta los pulmones. Trata de contar “uno” mientras tomas la primera respiración, luego “dos” mientras exhalas. Repite esto hasta10, y luego empieza de nuevo en uno. Vuelve cuando vagas. Tu mente vagará. Esta es una certeza casi absoluta. No hay problema con eso. Cuando observas tu mente vagando, sonríe, y simplemente regresa suavemente a tu aliento. Cuenta “uno” de nuevo, y empieza otra vez. Puedes sentir un poco de frustración, pero está perfectamente bien no permanezer enfocado, todos lo hacemos. Estamos con la “L” de práctica, con el tiempo mejorará.
- Desarrolla una actitud amorosa. Cuando observes los pensamientos y los sentimientos que surgen durante la meditación, miralos con una actitud amistosa. Miralos como amigos, no intrusos o enemigos. Ellos son parte de ti, aunque no todos. Se amable y no duro.
- No te preocupes demasiado por si lo estas haciendo mal o bien. Te preocuparás de que lo estés haciendo mal. Eso está bien, todos lo hacemos. No lo estás haciendo mal. No hay una manera perfecta de hacerlo, simplemente disfruta, sé feliz porque lo estás haciendo.
- No te preocupes por aclarar la mente. Mucha gente piensa que la meditación trata de despejar tu mente, o detener todos los pensamientos. No es. Esto a veces puede suceder, pero no es el “objetivo” de la meditación. Si tienes pensamientos, eso es normal. Todos lo hacemos. Nuestros cerebros son fábricas de pensamiento, y no podemos simplemente cerrarlas. En su lugar, intenta practicar concentrando tu atención y práctica algo más cuando tu mente vaga.
- Conócete a ti mismo. Esta práctica no se trata sólo de centrar tu atención, sino de aprender a observar cómo funciona tu mente y que sea tu amiga. ¿Qué está pasando ahí dentro? Es oscuro, pero viendo tu mente vagar, sentirte frustrado, evitar sentimientos difíciles… puedes comenzar a entenderte a ti mismo e iluminar la oscuridad.
- Hazte amigo de ti mismo. A medida que vayas conociendote a ti mismo, hazlo con una actitud amistosa en vez de una crítica. Estás conociendo a un amigo. Sonríe y date amor.
- Realmente comprométete. No sólo digas: “Claro, voy a probar esto por un par de días.” Realmente comprometerse con esto. Estar observando tu mente y concentrado, por lo menos un mes.
- Puedes hacerlo en cualquier lugar. Si viajas o algo sale por la mañana, puedes hacer meditación en la oficina. En el parque. Durante el viaje. Al caminar a alguna parte. La meditación sentada es el mejor lugar para empezar, pero en verdad, estás practicando para este tipo de atención en toda tu vida.
- Sonríe cuando termines. Cuando termines con tus dos minutos, sonríe. Agradece que hayas tenido este tiempo para sí mismo, que cumplas con tu compromiso, que eres digno de confianza, te has tomado el tiempo para conocerte y ser más amigo contigo mismo. Son dos minutos increíbles de tu vida.
La meditación no siempre es fácil o incluso pacífica. Pero tiene beneficios verdaderamente asombrosos, y puedes comenzar hoy, y continuar por el resto de tu vida.