¿Puedo venir sol@ a un retiro de yoga?
El 90% de las personas vienen solas a nuestros retiros de yoga y meditación. Tras más de once años de experiencia y miles de personas que han pasado por nuestros retiros, sabemos que es una de las mejores decisiones que puedes tomar por ti.
Viajar sola a un retiro espiritual no es un acto solitario. Es un acto de amor propio.
Si estás leyendo esto, tal vez llevas tiempo sintiendo que necesitas parar, respirar, reconectar contigo… y, sin embargo, algo dentro de ti susurra:
“¿Y si no conozco a nadie? ¿Y si me siento fuera de lugar? ¿Y si no encajo?”
Respira. No estás sol@. De hecho, la gran mayoría de los hombres y mujeres que vienen a nuestros retiros —más del 90%— lo hacen solas. Y muchas de ellas, como tú, también dudaron al principio. También sintieron miedo. Pero algo más fuerte las empujó: el deseo de cuidarse, de escuchar su cuerpo, de calmar la mente, de recuperar la paz.
Venir sola no es un obstáculo. Es una puerta.
Los días que vivimos son intensos. Exigentes. A menudo, postergamos lo importante por lo urgente, y así vamos dejando para “algún día” ese anhelo de estar bien.
Un retiro no es una escapada más. Es un espacio sagrado, un regalo que te haces para volver a ti.
Y venir sola puede hacer que la experiencia sea aún más poderosa. Porque no vienes a cumplir expectativas ajenas, ni a responder mensajes, ni si quiera cuidar de nadie más que de ti. Suceda lo que suceda en tu vida hay una cosa segura con la persona con la que vas a estar es contigo. Y precisamente de ahí nace la belleza y lógica de invertir en ti.
Vienes a mirarte con amor. A descansar de verdad. A escucharte. A respirar en silencio y en naturaleza.
Lo que encontrarás aquí si decides venir sola
-
Un lugar seguro y amable, donde ser tú sin filtros ni etiquetas.
-
Un grupo reducido y acogedor, donde muchas otras mujeres están justo como tú: comenzando un viaje interior.
-
Naturaleza, caminatas conscientes, yoga, silencio, meditación guiada… todo pensado para que sueltes el peso que ya no necesitas.
-
Una habitación acogedora, comida rica y sana, tiempo para ti. Sin prisa, sin exigencias.
-
Y sobre todo: una comunidad que te recibe con el corazón abierto.
¿Y si siento vergüenza o me da miedo no encajar?
Es normal. El miedo está allí para protegernos… pero a veces nos impide crecer.
Y lo que ocurre una y otra vez —te lo prometemos— es esto:
quien cruza la puerta con miedo, la cruza también con coraje. Tras dar el paso, ese miedo se transforma en alivio.
Aquí no hace falta demostrar nada. Solo respirar, sentir y dejar que la vida te toque.
No vienes sola. Vienes contigo.
Y eso es lo más valiente y bello que puedes hacer.
Si algo dentro de ti te dice que lo necesitas, hazle caso.
No hace falta que sepas yoga, ni que medites a diario.
Solo hace falta una decisión: la de elegirte por fin.
Te esperamos.
Con respeto, con cariño, con espacio.
Y con la certeza de que este viaje puede cambiarte por dentro.